El ratón cordobés Belisario: pionero argentino en el espacio y el mito del ratón brasilero

El ratón cordobés Belisario: pionero argentino en el espacio y el mito del ratón brasilero
La exploración espacial, a lo largo de su historia, ha contado con la participación de un gran número de animales. Estos pioneros, en su mayoría roedores y primates, han servido como modelos biológicos para entender cómo el entorno de microgravedad afecta a los seres vivos. Sus viajes han proporcionado información invaluable que ha permitido, y continúa permitiendo, a la humanidad aventurarse más allá de la atmósfera terrestre. En este contexto, surge la figura de un roedor que ha sido objeto de una creencia popular: el «ratón brasilero» que habría viajado al espacio. Sin embargo, al profundizar en los registros y fuentes confiables, se descubre que la verdadera historia pertenece a otro roedor, uno que marcó un hito en la historia de la astronáutica en América Latina. Acompáñenos a desentrañar esta fascinante historia, a conocer al verdadero pionero y a aclarar el origen del mito que lo envuelve.
El verdadero pionero: Belisario, el ratón cordobés
El ratón Belisario es el verdadero protagonista de esta historia. A pesar de la creencia extendida, su origen no es brasilero, sino cordobés, en Argentina. Este pequeño roedor de laboratorio fue seleccionado para una misión pionera que tenía como objetivo estudiar los efectos del vuelo espacial en un organismo vivo. Su elección no fue al azar; Belisario demostró ser el más apto en una serie de rigurosas pruebas de estrés y resistencia. Su valentía y su notable capacidad de adaptación lo convirtieron en el candidato ideal para ser el primer ser vivo argentino en viajar en un cohete y regresar a salvo. Su misión fue un paso crucial para la ciencia de la región, proporcionando datos vitales sobre el comportamiento biológico en condiciones extremas.
¿Cuál fue la misión espacial de Belisario?
El 11 de abril de 1967, el ratón Belisario fue lanzado al espacio a bordo de un cohete argentino fabricado por la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE). El despegue se realizó desde la base de la Fuerza Aérea de Chamical, La Rioja. Durante su breve pero histórico vuelo, el roedor alcanzó una altitud de 2.300 metros, sometiéndose a una aceleración de 20 G. El ratón regresó sano y salvo, y los datos recopilados sobre su respiración y ritmo cardíaco fueron fundamentales para futuros proyectos aeroespaciales en la región. Su éxito no solo demostró la viabilidad de enviar organismos vivos al espacio, sino que también sentó las bases para el posterior vuelo del mono Juan, otro pionero argentino en la carrera espacial.

El mito del ratón brasilero y el origen de la confusión
La creencia popular de que un ratón brasilero fue el primer roedor en el espacio en América Latina se ha perpetuado a lo largo de los años. Sin embargo, no existen registros oficiales o fuentes verificables que respalden esta afirmación. La confusión podría haberse originado por una serie de factores, como la proximidad geográfica, la relevancia de la Agencia Espacial Brasileña y la participación de científicos brasileros en otros experimentos con roedores. Por ejemplo, en 2013, un neurólogo brasilero, Miguel Nicolelis, logró conectar los cerebros de dos ratas, una en Brasil y otra en Estados Unidos, en lo que se conoció como un «ordenador orgánico». Si bien este fue un hito científico, no estuvo relacionado con una misión espacial de un roedor brasilero.
¿Hubo algún experimento con roedores en Brasil?
La Agencia Espacial Brasileña (AEB), fundada en 1994, es la entidad civil responsable del programa espacial de Brasil. Opera el Centro Espacial de Alcântara (CEA), ubicado en el estado de Maranhão, cerca del ecuador, lo que le otorga una ventaja estratégica para lanzamientos espaciales debido a la mayor velocidad de rotación terrestre en esa región. Este centro ha sido utilizado para lanzamientos de cohetes y satélites, y en los últimos años ha atraído la atención de operadores espaciales internacionales. En 2006, Marcos Pontes, teniente coronel de la Fuerza Aérea Brasileña, se convirtió en el primer astronauta brasileño en viajar al espacio. Participó en la Misión Centenario, un acuerdo entre la AEB y la Agencia Espacial Federal de Rusia (Roscosmos), que conmemoró el centenario del vuelo del 14-bis de Santos Dumont. Pontes fue lanzado al espacio a bordo de la nave rusa Soyuz TMA-8 desde el cosmódromo de Baikonur, Kazajistán, el 30 de marzo de 2006. Durante su estancia en la Estación Espacial Internacional (EEI), realizó ocho experimentos científicos en microgravedad, incluyendo estudios sobre germinación de semillas y cromatografía de clorofila. En cuanto a estudios recientes, la NASA ha realizado investigaciones sobre los efectos de la microgravedad en la salud ósea de los roedores. Un estudio reveló que ratones jóvenes enviados a la EEI durante 37 días experimentaron una pérdida ósea significativa, especialmente en los fémures, que son los huesos que más peso soportan en condiciones terrestres. Este hallazgo subraya la importancia de investigar los efectos de la microgravedad en la salud para futuras misiones espaciales prolongadas.

La importancia de los roedores en la ciencia espacial
Desde los inicios de la exploración espacial, los roedores han sido compañeros indispensables de los humanos en este viaje. Su pequeño tamaño, su fisiología comparable a la de los humanos en muchos aspectos y la facilidad con la que pueden ser estudiados los han convertido en modelos de laboratorio ideales. Gracias a sus vuelos, los científicos han podido entender mejor cómo la radiación, la microgravedad y otros factores del espacio afectan el cuerpo humano. Estos experimentos han sido cruciales para el desarrollo de contramedidas y tecnologías que protegen la salud de los astronautas en misiones de larga duración. La historia del ratón Belisario, aunque menos conocida que la de Laika o los monos Able y Baker, representa un capítulo fundamental en la historia de la ciencia latinoamericana. Su viaje no solo fue un logro técnico, sino que también simbolizó el espíritu de exploración y el deseo de la región de contribuir a la búsqueda de conocimiento más allá de la Tierra.
¿Cómo se seleccionan los animales para las misiones espaciales?
La selección de animales para misiones espaciales es un proceso riguroso. Los científicos evalúan una serie de factores, como la salud, el temperamento y la capacidad del animal para adaptarse a los entornos controlados de una nave espacial. En el caso de los roedores, se busca aquellos que demuestren una alta tolerancia al estrés y que no presenten incomodidad al usar los dispositivos de monitoreo. Estos animales son sometidos a extensos entrenamientos y exámenes médicos para garantizar que están en óptimas condiciones para el vuelo. Una vez en el espacio, se monitorean de cerca sus signos vitales y su comportamiento, y los datos se analizan para comprender los efectos biológicos del entorno espacial.
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